¿Es más fácil gestionar la COVID-19 en una isla?

Jesús Belenguer
5 min readFeb 3, 2021

Rafael Nadal desde el Open de Australia ha hecho algo que parecía imposible. Por fin, la mayoría de los españoles se han dado por enterados de que hay países que han eliminado el virus del SARS-CoV-2 sin necesidad de vacuna. Y es que si algo ha funcionado bien durante la pandemia ha sido y es la propaganda que nos ha hurtado el conocimiento del éxito de los países que han optado por la supresión del virus. Pero no crean que la propaganda lo ha hecho todo ha tenido una gran aliada: nuestra soberbia.

He hecho la prueba un número suficiente de veces para concluir que siempre es el mismo camino. Cuando un occidental se enfrenta a la información de que hay países que han eliminado la pandemia de su territorio, la primera respuesta es negarlo, en la mayoría de las ocasiones es como si la información no llegara al cerebro. Tenemos tan asumido que somos lo mejor de la civilización humana que cuando algo nos va mal damos por hecho que a los demás como mínimo les va peor.

Si uno se esfuerza y logra enfrentar a su interlocutor con los datos, empieza una nueva fase: la búsqueda de una explicación rápida que no contradiga ese sentimiento de superioridad absoluta. Las respuestas más socorridas son: se trata de una isla, es una dictadura, los asiáticos son más disciplinados, es un país muy pequeño, etc. Y ni uno solo de los enfermos de “propaberbia” ––dolencia fruto de la propaganda y la soberbia–– hará lo más sencillo: preguntar cómo lo han hecho.

Y es que la respuesta conlleva asumir que lo hemos hecho mal, que hemos sido tan torpes que disponiendo del conocimiento de cómo se gestiona una epidemia hemos permitido que nos arrolle. Pero no todo es fruto de la soberbia. Si es usted una persona viajada sabrá que los países asiáticos no son ajenos al sentimiento de soberbia. De hecho, ellos también creen que son la cuna de nuestra civilización y lo mejor de la misma y también sienten que disponen de la mejor sanidad del mundo, lo que en algunos casos es cierto. ¿Entonce por qué no han sido arrasados por la pandemia? Hay dos respuestas para esa pregunta.

La fácil es que la epidemia de SARS-1 en 2003 los puso contra las cuerdas y se prepararon. Pero eso ocurrió en todo el mundo, todos los países se pusieron manos a la obra, todos redactaron sus protocolos de respuesta, entre todos modificaron el Reglamento Sanitario Internacional en 2005, además todos hicieron sus simulacros y todos tuvieron ocasión de ponerlos en práctica durante la epidemia de la Gripe del Cerdo en 2009. Aquí le dejo los enlaces a las versiones españolas del SARS-1, protocolo, simulacro y gripe del cerdo.

Pero si afinamos el foco daremos con un dato revelador: En diciembre de 2019, un mes antes de que todo comenzara, los países de la zona del pacífico occidental tenían los protocolos de epidemia activados a causa del sarampión.

Publicamos un artículo sobre el tema el mismo diciembre advirtiendo del cierre de fronteras en Samoa. Si lee el artículo todo lo que dice le será pandémicamente familiar y también podrá comprobar que la lista de los países más afectados por la epidemia de sarampión: Samoa, Tonga, Fiji, Filipinas, Vietnam y Nueva Zelanda forman parte de la lista de países con una gestión exitosa de la pandemia de COVID-19.

Si a esa lista añade a los países vecinos ya tiene casi completa la lista del éxito en la gestión de la pandemia. Se podría decir que el sarampión ha tenido un papel relevante, pero hay una cosa más, en mi opinión la más importante: La cercanía a China y a sus desmanes sanitarios los mantiene en alerta permanente, de hecho la alerta inicial sobre una neumonía atípica en la zona de Wuhan la dió Taiwán que incluso acusó a la OMS de ser excesivamente benevolente con el gobierno chino. Eche un ojo al número de contagios por millón de habitantes de algunos de estos países comparados con el de España y observe que el único de la lista que se llevó un remojón fue Singapur ––línea magenta del gráfico–– que curiosamente tiene el mejor sistema sanitario del mundo y presume de ello:

Pero para completar la lista faltarían algunos países: Finlandia, Noruega, Islandia,Uruguay y algunos africanos, estos son los héroes. A miles de kilómetros de China y hombro con hombro con la soberbía occidental han hecho un gran papel. Alguno dirá que Uruguay finalmente ha sucumbido a la pandemia, lo cual es cierto, pero a la vez derriba el argumento de que la buena gestión inicial se debió a que es un país pequeño y demuestra, al igual que Singapur, que la curva si se puede doblegar ––o eso deseo que ocurra en poco tiempo.

Respondiendo a la pregunta inicial: Sí, la gestión en una isla de la pandemia es más sencilla porque tienen mejor memoria y recuerdan lo que ocurre cuando no se aplican con rapidez los protocolos clásicos de gestión de epidemias. Si además la pandemia de COVID-19 te coje con el protocolo activado por la pandemia de sarampión y encima estás cerca del gigante Chino es muy difícil que te conformes con la idea de que: Tendremos a lo sumo uno o dos casos…

Jesús Belenguer dirige el equipo que diseñó e implanta el Protocolo Mercurio que es el sistema de gestión de la seguridad personal durante el desplazamiento internacional de trabajadores con mayor implantación en las empresas españolas. Comparte sus ideas en Medium desde abril de 2015.

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Jesús Belenguer

Director de Seguridad Privada y TS en Gestión de Riesgos y Protección Civil. EU en Análisis de la Conducta Violenta y en Ingeniería Protección Contra Incendios